SKU: 9789874871640
Encuadernación: Tapa Blanda
Medida: 13,5 x 21,3 cm
Páginas: 352
RESEÑA:
En estas desgarradoras e hilarantes memorias, Jennette McCurdy, protagonista de las series de televisión iCarly y Sam & Cat, relata sus problemas como actriz infantil --trastornos alimentarios, adicciones y una complicada relación con su autoritaria madre-- y cómo retomó el control de su vida. Jennette McCurdy tenía seis años cuando tuvo su primera audición para actuar. El sueño de su madre era que su única hija se convirtiera en una estrella y Jennette habría hecho cualquier cosa para hacer feliz a su madre. Así que hizo lo que mamá llamaba “restricción de calorías”, comiendo poco y pesándose cinco veces al día. Se sometió a grandes cambios de imagen mientras mamá la reprendía: “Tus pestañas son invisibles, ¿sabes? ¿Qué te crees, que Dakota Fanning no se las tiñe?” Mamá seguía duchándola a los dieciséis años, leía sus diarios y sus correos electrónicos, y disponía de sus ingresos. En Me alegro de que mi madre haya muerto, Jennette relata lo que sucedió cuando el sueño de su madre se hizo realidad. Elegida para participar en una nueva serie de Nickelodeon titulada iCarly, saltó a la fama. Su madre está extasiada: envía correos electrónicos a los moderadores del club de fans y se dirige a los paparazzi por su nombre («¡Hola, Gale!»). Jennette vive sumida en la ansiedad, la vergüenza y el autodesprecio, que se manifiestan en trastornos alimentarios, adicciones y una serie de relaciones enfermizas. Estos problemas solo empeoran cuando, poco después de asumir el papel principal de Sam & Cat junto a Ariana Grande, su madre muere de cáncer. Finalmente, tras descubrir la terapia y dejar la televisión, Jennette empieza a recuperarse y decide por primera vez lo que realmente quiere. Una historia inspiradora de resiliencia e independencia
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Encuadernación: Tapa Blanda
Medida: 13,5 x 21,3 cm
Páginas: 352
RESEÑA:
En estas desgarradoras e hilarantes memorias, Jennette McCurdy, protagonista de las series de televisión iCarly y Sam & Cat, relata sus problemas como actriz infantil --trastornos alimentarios, adicciones y una complicada relación con su autoritaria madre-- y cómo retomó el control de su vida. Jennette McCurdy tenía seis años cuando tuvo su primera audición para actuar. El sueño de su madre era que su única hija se convirtiera en una estrella y Jennette habría hecho cualquier cosa para hacer feliz a su madre. Así que hizo lo que mamá llamaba “restricción de calorías”, comiendo poco y pesándose cinco veces al día. Se sometió a grandes cambios de imagen mientras mamá la reprendía: “Tus pestañas son invisibles, ¿sabes? ¿Qué te crees, que Dakota Fanning no se las tiñe?” Mamá seguía duchándola a los dieciséis años, leía sus diarios y sus correos electrónicos, y disponía de sus ingresos. En Me alegro de que mi madre haya muerto, Jennette relata lo que sucedió cuando el sueño de su madre se hizo realidad. Elegida para participar en una nueva serie de Nickelodeon titulada iCarly, saltó a la fama. Su madre está extasiada: envía correos electrónicos a los moderadores del club de fans y se dirige a los paparazzi por su nombre («¡Hola, Gale!»). Jennette vive sumida en la ansiedad, la vergüenza y el autodesprecio, que se manifiestan en trastornos alimentarios, adicciones y una serie de relaciones enfermizas. Estos problemas solo empeoran cuando, poco después de asumir el papel principal de Sam & Cat junto a Ariana Grande, su madre muere de cáncer. Finalmente, tras descubrir la terapia y dejar la televisión, Jennette empieza a recuperarse y decide por primera vez lo que realmente quiere. Una historia inspiradora de resiliencia e independencia